Determinan potenciales marcadores de esquizofrenia en población de riesgo

13/06/2018

Investigación será publicada en The American Journal of Psychiatry

El proyecto, en el que la Clínica Psiquiátrica Universitaria, el Departamento de Neurociencias y el Instituto de Neurociencia Biomédica, en conjunto con expertos de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, muestra que las alteraciones en la percepción del movimiento, observadas mediante neuroimágenes funcionales y electroencefalografías, son biomarcadores tempranos -desde antes del primer episodio psicótico- de esta grave enfermedad.

Así lo explica el doctor Pablo Gaspar, jefe de la Unidad de Psicosis de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, co-investigador del estudio y precursor del que es el primer programa latinoamericano de detección precoz e intervención temprana en psicosis, añadiendo que este avance podría permitir, a futuro, disminuir entender la neurobiología de poblaciones de riesgo que deriva en esquizofrenia. “Chile cuenta con un plan nacional que acompaña a estos pacientes desde que se produce el primer episodio psicótico y hasta que desarrolla la patología como crónica, pero hay una etapa en la adolescencia que es muy importante por el pronóstico a largo plazo y para la independencia y autonomía del paciente, en que no se interviene y no se pesquisan precozmente los síntomas sicóticos”, añade.

La importancia de hacer diagnóstico temprano, agrega, es que “el pronóstico del paciente está dado por la interacción social con las personas que lo rodean en distintos ambientes. El individuo que tiene enfermedades siquiátricas severas –en particular la esquizofrenia, pero también muchas otras- no reconoce bien las emociones complejas de las otras personas, porque no puede entender y percibir lo que la otra persona está tratando de comunicar mediante palabras o gestos. Si mediante biomarcadores tempranos se puede determinar la posibilidad de que alguien con potencial riesgo desarrolle esta patología, se podrían desarrollar intervenciones que disminuyeran la posible ocurrencia de esta psicosis”.

Alteraciones son detectables precozmente

Las alteraciones de la percepción de movimiento se han descrito y están bien establecidas en la etapa crónica de esta enfermedad, informa el doctor Gaspar. “Es un síntoma según el cual la persona no distingue bien el movimiento de personas o cosas. Para que un sujeto entienda las emociones necesita de una capacidad íntegra de los circuitos de movimiento, porque el movimiento es un proceso cognitivo básico de toda la cognición social. Si esta última está alterada, hay que buscar las bases neurobiológicas de esta situación: entre esas bases está la alteración del movimiento”.

Este estudio –el cual se lleva a cabo paralelamente en Chile y Estados Unidos-, en nuestro país contempla reunir una población potencial de riesgo de alrededor de 100 jóvenes de entre 12 y 28 años, con algún familiar directo, como un hermano, con esquizofrenia; con ciertos criterios de disminución de nivel cognitivo sostenida en el tiempo o que hubieran tenido un cuadro sicótico breve, que no calificara como episodio esquizofrénico. A ellos se les están aplicando tareas visuales, auditivas y entrevistas psiquiátricas estructuradas, para determinar la severidad o levedad de sus síntomas y, luego, exámenes electroencefalográficos y de resonancia magnética funcional.

Entre los hallazgos, el doctor Gaspar destaca que lo más importante que pudieron determinar hasta el momento, como base de la población actual, es que las alteraciones de percepción de movimiento son detectables años antes del primer episodio sicótico en población de riesgo. “Además, que esa alteración se relaciona con la falla en el reconocimiento de emociones. Y, en tercer lugar, que esta alteración es más grave en las personas del grupo de riesgo que transitan hacia la esquizofrenia u otra enfermedad siquiátrica severa”.

Daño cerebral específico

A ello, el investigador añade que “tradicionalmente se ha planteado que áreas jerárquicamente muy importantes y multimodales del cerebro, como es la corteza prefrontal, es la principal área de asiento que se alterado por esta enfermedad. Nosotros, adicionalmente, sostenemos que áreas sensoriales primarias –visuales, de movimiento, auditivas- están ya alteradas en pacientes con esquizofrenia, que es lo que estamos encontrando en población de alto riesgo, asociado a problemas en reconocimiento facial de emociones”. Esto, porque gracias a las imágenes de resonancia magnética funcional pudieron determinar que “un área específica del cerebro, como es el complejo MT, que es la “puerta de entrada” para la comprensión básica del movimiento, está muy alterada en estas poblaciones”.

El complejo MT es un grupo cortical de la zona topográfica cerebral denominada V5, que es un nodo donde confluyen muchas vías de percepción visual y auditiva. “Cuando a este nodo se le presenta un estímulo de movimiento simple –como lo hicimos mediante imágenes de unos anillos concéntricos que se movían en una pantalla-, ocurre una activación de esa área, porque esas neuronas son sensibles al movimiento”. De hecho, agrega, “estamos encontrando que consistentemente los pacientes con esquizofrenia tienen alteración de una vía cerebral completa, que incluye el complejo MT, que se llama vía magnocelular o dorsal de procesamiento de información visual”.

La conclusión, reitera, es que estas alteraciones de movimiento son diferenciales para poblaciones que tienen alteraciones leves y que no transitan hacia esquizofrenia, de otras que permiten determinar poblaciones que son más severas; por ello, son importantes para el pronóstico y la cognición social de esos pacientes.

“Es necesario entender que si esa hipótesis es correcta, podríamos estimular de alguna manera el complejo MT en la corteza visual primaria para ver si puede mejorar. Una de nuestras tesistas de magister está intentando remediación cognitiva para estimular la vía magnocelular, mediante imágenes en movimiento que están más bien borrosas, para que el cerebro se esfuerce en su comprensión, y lo que estamos viendo es que, al medir la velocidad de lectura antes y después de ese entrenamiento de 10 sesiones, es que esta habilidad o función cognitiva mejora”.

Estos avances cobran particular importancia al conocer que “del grupo de pacientes que reclutamos en la Clínica Psiquiátrica hace cuatro años, de los cuales alrededor de 60 eran de alto riesgo, cerca del 50% progresó a esquizofrenia en un plazo de dos años y medio. En Estados Unidos –que son los resultados contenidos en la publicación- esta tasa de conversión es de aproximadamente un 10% anual. Estudios realizados en Australia muestran que esa tasa disminuye cuando se establecen programas nacionales de detección temprana. Nosotros quisiéramos llegar a lograr eso; para ello, tenemos el objetivo de crear una red nacional de detección precoz en psicosis, haciendo capacitaciones en algunos hospitales públicos de Santiago y centros académicos de Talca y Valdivia que quieren hacer su propio programa de detección precoz”, finaliza el doctor Gaspar.

Fuente: Facultad de Medicina U. de Chile 

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