«La ciencia está en todo lo que hacemos. ¿Por qué la vamos entonces a separar artificialmente de la economía, de la educación, de la política, del poder, si nunca ha estado separada? Hoy quiero hacer una invitación, es que este premio sea también para ustedes, para que sea un incentivo a valorar la construcción de un puente entre ciencia e industria, porque me parece que en este tipo de alianzas nos jugamos nuestra identidad y el futuro», dijo el homenajeado.
Según explicó la máxima autoridad de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, durante el Encuentro Anual de la Industria realizado el 17 de octubre de 2017 y encabezado por la Primera Mandataria de la República, Michelle Bachelet, esta distinción –que lleva el nombre de quien fuera el presidente y secretario general de la organización gremial- está orientada a la persona que “inspira en cuanto a excelencia profesional en su campo, su vocación de servicio público, capacidad para escuchar y generar un diálogo constructivo; en particular, con mundos distintos al propio. Por creer en las bondades de los mercados competitivos tanto para la provisión de bienes privados, como también para enfrentar desafíos públicos. Y hacer todo esto sin aspavientos, con austeridad. Queremos reconocer a una persona que, viniendo de ámbitos diversos, esté hoy destacando por ser portavoz de estos valores, esté vigente y representando las tendencias de futuro”.
Por ello, explicó que junto con el comité de selección para este premio –compuesto también por Matías Concha, Bruno Filippi, Juan Claro, Jorge Ortúzar, Rosario Navarro y Aurora Labbé-, “decidimos dar este reconocimiento al biólogo chileno Andrés Couve Correa, quien se ha transformado en una de las voces actuales más importantes en el mundo científico, y es reconocido por tender puentes y acercar la ciencia a los estudiantes, al sector empresarial y al mundo político. Representa tendencias relevantes de cara al futuro, destacándose como profesor titular de la Universidad de Chile, académico del Departamento de Neurociencia de la Facultad de Medicina y director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica, BNI, el que cuenta con 17 laboratorios donde trabajan más de 200 personas. Se aboca al estudio de las funciones del cerebro, desde sus aspectos moleculares hasta su relación con el ser humano, incluyendo sus patologías, y su investigación científica se centra en dos áreas prioritarias, como son la educación y la tecnología. Sus publicaciones científicas internacionales, su participación como miembro de la Comisión Presidencial Ciencia para el Desarrollo de Chile y su condición de director de la Fundación Puerto de Ideas, son un reflejo de su vocación para acercar la ciencia a la sociedad y a otros mundos, incluido el empresarial”.
Señal de apertura
Luego de recibir el premio de manos de la familia de Andrés Concha, el doctor Couve agradeció este reconocimiento diciendo que “que lo recibo como una señal de apertura, de futuro y como parte de una alianza grande e inclusiva, absolutamente indispensable para el desarrollo de Chile, para sus desafíos presentes y futuros. Lo recibo también como una enseñanza, que las alianzas no son espontáneas, sino el resultado de mucho trabajo, de la valentía de extender la mano, de cruzar puentes y de comprender que las visiones se construyen ladrillo sobre ladrillo y que no hay atajos”. También mostró su gratitud con la Universidad de Chile, su Facultad de Medicina, y con el BNI, “una base de libertad, de personas talentosas y comprometidas, en cuyas actitudes me he apoyado para hacer gran parte de lo que este premio reconoce”.
Posteriormente, explicó a los presentes –entre los que estaba el decano de nuestro plantel, doctor Manuel Kukuljan- que “la ciencia es, antes que nada, el goce profundo de la exploración y el descubrimiento. Su espíritu es incierto y transgresor, es una escuela profundamente arraigada en la tradición, pero en una tradición de reinterpretación permanente del mundo. Esta característica la pone al centro de una civilización que utiliza el mismo principio para progresar. La ciencia también produce el conocimiento, que es valioso en sí mismo. Además, genera tecnología que cambia la vida, pues modifica nuestro comportamiento. Finalmente las ciencias, en todas sus formas, dibujan la organización de nuestra vida social, y la tecnología y la organización social confieren poder a las naciones».
Por las dificultades propias de la baja inversión nacional en el ámbito científico, el doctor Couve añadió que “instancias como estas permiten soñar con alianzas que conciban este escenario como uno de grandes oportunidades. Estoy convencido que debemos hacer un pacto país, en el cual la ciencia y ustedes, el mundo industrial, sean actores claves –obviamente, no los únicos, pues la construcción de una visión es una tarea colectiva amplia- porque ciencia e industria constituyen una dupla esencial. Este pacto no es solamente una idea abstracta sino el respaldo necesario para llevar adelante acciones decididas que pongan a la ciencia al servicio del bienestar en su sentido amplio, y nos conecte con grandes desafíos, locales y planetarios.
Propuesta de establecer puentes
En ese sentido, señaló “algunas cosas que debemos hacer: cientos de estudiantes chilenos se formaron en el país y en el extranjero como especialistas en las más diversas áreas del conocimiento; hoy ese talento está listo para aportar al país; es crucial implementar un programa de inserción para garantizar que tengan la oportunidad de desarrollar al máximo sus potenciales creativos y aprovechar su formación. A ello, añadió que debemos aumentar los emprendimientos de base científica que creen industrias de alta tecnología, así como potenciar instrumentos de incentivo y regulación que logren efectivamente estimular la investigación y la innovación al interior de la empresa. Finalmente, es importante anclar el sistema en la cultura, vincular la ciencia con la enseñanza, con las comunidades, con una sociedad comprometida donde coexisten diferentes visiones de mundo a través de una estrategia que, utilizando recursos disponibles, logre impactar el sistema nacional de educación; y todo esto debe estar coordinado en una institucionalidad fuerte y moderna que se está discutiendo hoy en el parlamento.
Una vez concluida la ceremonia, el doctor Couve explicó que “esta alianza tiene que construirse verdaderamente desde la convicción de que la asociación entre los que generan conocimiento y los que aplican conocimiento ve en ella una oportunidad de futuro para chile. No sé cómo la vamos a construir tomando en cuenta toda la complejidad que tienen la ciencia y la industria. Lo que estoy tratando de hacer, y no soy el único, es buscar la manera de acercarnos, de hacer ese puente. Implica salir del ámbito de tranquilidad y de confort de uno y meterse en un área que es distinta, donde la filosofía que gobierna ese ámbito es distinta a la que propia. No conozco el camino; lo que sí sé es que cuando veo la oportunidad de que el puente se acerque la tomo. En la ciencia a veces somos poco autocríticos al creer que el problema radica en los que están afuera de la comunidad y no en los que estamos dentro; entonces, cuando hago este tipo de cosas, me siento orgulloso de haber ayudado a cruzar un puente. Pero también esto me ayuda a ver desde ese otro lado, y ver la valentía que significa tender una mano desde allí, y esto no lo hacen normalmente. La directiva de la Sofofa está tendiendo una mano, y eso uno no reconoce que es tan difícil como lo que estamos haciendo nosotros”.